miércoles, 29 de agosto de 2012

PLUMAS AL VIENTO

Esta historia -verídica- me la contaron cuando cursaba la carrera de Teología, y ayer pensé que sería bueno que la conozcan los licenciados, estudiantes, becarios y profesionales del periodismo. Paso a narrarla.

Un hombre se acercó al sacerdote Felipe Neri para acusarse de un pecado. Había criticado injustamente a un joven delante de varias personas en su puesto de trabajo. En seguida se esparcieron los comentarios, aquí y allá, y el joven experimentó rápidamente cómo las personas cambiaban el modo de tratarle, le evitaban, y le miraban con sospecha.
El sacerdote le mandó lo siguiente: le hizo tomar una gallina, e irle quitando las plumas y tirarlas conforme caminaba por la ciudad. Al cabo de un par de horas regresó el hombre con la misión cumplida. Entonces el P. Felipe completó la instrucción: “ahora debes volver por tus pasos y recogerlas todas”. El hombre se quedó confundido, y respondió que era imposible, dado que el viento habría esparcido las plumas por lugares insospechados e inaccesibles. “Eso mismo ha ocurrido con tus críticas. En estos casos es imposible reparar del todo”.

Elegir una foto de un sacerdote español -de cara, primer plano- que ilustre una noticia relacionada con la pederastia acontecida en la Iglesia en Bélgica tiene poca justificación periodística. El pie de foto no deja lugar a dudas del error comunicativo: “los curas belgas recibirán formación”. No soy belga, y la imagen no tiene relación alguna con la formación. Estoy celebrando la Misa.
Esa foto, desde el punto de vista de la comunicación, no debería haber sido publicada allí.

Desde el punto de vista de la ética, de la prudencia, de la honestidad, qué decir. Mezclar la imagen de una persona con temas como estos... ¿Qué podían haber pensado los padres de los 150 niños que llevan a sus hijos a catequesis en mi parroquia si hubieran visto la noticia? “Si aparece aquí, algo tendrá que ver”. Son alguna de esas plumas que no sabemos dónde han caído.

Otras sí lo sé. Han caído en mi familia y han provocado un disgusto grande. A una madre, a un padre, a una abuela, hay ciertas cosas que les duele más cuando le pasa a sus hijos o nietos que a ellos mismos.

Respecto a Antena 3, debo decir que en marzo pedí que se quitaran las imágenes de mi Primera Misa del reportaje sobre la mala inversión de algunas instituciones católicas en Nueva Rumasa. La relación de mi persona con esa cuestión es nula. Antena 3 ni siquiera respondió a mi petición. De hecho, el reportaje sigue en la web. Quizá sería un buen gesto por parte de la cadena quitarlo.   

Confío en que de esta desagradable situación saquemos algo bueno. Yo, mucho apoyo de mucha gente. El periodista responsable, una lección profesional para toda su vida. Espero. 

Por experiencia vital, por convicción y por fe, confío en las personas, creo en el perdón y deseo mantener con todos las mejores relaciones posibles. No he tenido ni tendré “listas negras”, personas “no gratas”. Deseo que ejerzan su profesión lo mejor posible, y que vivan su vocación comunicativa como un servicio a la verdad y al bien común. Y para ello, cuenten conmigo, con mi oración e incluso con mi colaboración. Pero, por favor, hagan que podamos confiar en ustedes. 

P. Julián Lozano

Pd Carta enviada a los periodistas responsables de la publicación de la desafortunada noticia aludida.